Ya no hay día que pase sin que se hable de “big data” y es verdad que nunca se ha generado tanta información sobre la actividad humana como hoy en día.
El mundo digital nos ha convertido en generadores de datos: se sabe todo de nosotros y si nos descuidamos, hasta la intimidad de nuestra vida podría encontrarse en la plaza pública.
Para los actores del mundo del comercio en general y naturalmente de gran consumo, disponer de información es un elemento clave que permite enfocar los recursos y vender más y mejor. Sin embargo, honestamente no me queda claro cuando se habla de “big data” como si fuese una solución milagro sin plantear siempre bien lo que permite hacer y cómo me va a ayudar. Por eso me gusta mucho más el concepto emergente de “smart data”.
“Size matters” evidentemente, pero al final la información solo vale por el uso que le damos, y acumular cantidad de datos sin estrategia y objetivo concreto colapsa los servidores y, más que todo, a los usuarios sin tener un impacto demostrable en los resultados de negocio. ¿Qué sacamos realmente del datalake que nos ha costado tanto tiempo, esfuerzos y dinero poner en marcha? “Lo tenemos todo” me dicen a veces interlocutores del sector. Ya… Pero ¿Cuánto de este “todo” es realmente operacional y disponible para mejorar la eficacia comercial?.
Por eso hay que ser “smart”, es decir definir lo que queremos activar, las palancas sobre las cuales podemos actuar para hacer crecer el negocio y lograr nuestros objetivos. Ser “smart” empieza por saber lo que queremos buscar o, al menos, las áreas que conocemos como los aceleradores potenciales de nuestro negocio y estrategias y adaptar las soluciones técnicas en función de estos objetivos en vez del contrario. Eso requiere saber hacer el puente entre la técnica y el negocio. Es un arte que combina profesionales muy distintos pero que bien orquestado y llevado a cabo, permite que el dato se vuelva “smart” para ser más eficaz.
En el mundo de gran consumo el dato de sell out de punto de venta es seguramente el más importante de todos. Da el pulso real del negocio y es el juez último del éxito de las estrategias de comercialización del fabricante y del distribuidor. Sin embargo, en sí no es ninguna maravilla: una sucesión de EANs, códigos de tienda, fechas, valor y volumen… Poco más. Bajo esta forma es “muy big” pero seguramente no “muy smart”. Hacer que se vuelva “smart” pasa por más cálculos, alianzas y benchmark con otros datos proporcionados por paneles, ERPs, fuerza de venta u otros que lo pondrán en perspectiva, dándole sentido. ¡Ser “smart” es también darle flexibilidad al dato para que se adapte a necesidades y circunstancias de negocios siempre en movimiento donde saber adaptarse es la clave de la evolución.
¡Si has llegado hasta aquí ya estás a un paso más de poder vender más y mejor! ¿Qué opinas de este articulo?
¿Algo más sobre el tema? Aqui se habla de « smart data » : https://www.universidadviu.es/smart-data-importante/